Consultado en primer lugar cómo se encontraba luego del violento asalto del que resultó víctima, Juan Carlos indicaba: "Estoy bien, recuperándome, en definitiva no dejan de ser golpes y algunos 'magullones'. Lo bueno es que te pueden golpear, lo que no pueden es torcerte el espíritu de lucha porque eso no lo van a torcer nunca. Uno siempre escuchó a la gente que da consejos que te dice si te pasa quedate quieto, no hagas nada, no te muevas, dejá que se lleven todo. Pero les puedo asegurar que si me hubiese quedado quieto, sin actuar, hoy no estaría hablando con ustedes porque me habrían matado. Lo hacen por un par de zapatillas, mirá si no lo harían por la cantidad de dinero que yo tenía. Ocurre que nuestro trabajo y nuestro negocio es muy distinto al resto. Lo de llevar una cantidad importante de dinero en efectivo significa obtener descuentos importantes por parte de tus proveedores y por lógica tener mejores precios para aquellos a los que nosotros les entregamos la mercadería. Además hay algo muy importante que tenemos mis hermanos y yo y que lo heredamos de nuestro padre y que es el apellido. Cuando vos te manejás de determinada manera siempre; sos buena persona siempre, las puertas en lugar de cerrarse se abren cada vez más. La verdad es que recibí mucho apoyo de mis proveedores porque de lo contrario hoy no podría estar trabajando"

Juan Carlos fue brutalmente atacado el jueves a la dos de la tarde, cuando había mucha gente en el mercado y sobre el particular manifestaba: "Hoy la verdad es que nadie está exento de nada. Lo que llama la atención es que uno para entrar al predio del mercado tenés portones de seguridad; tenés personal de seguridad municipal; supuestamente cámaras de vigilancia -aunque a raíz de lo que me pasó me entero ahora que hay muchas que no funcionan-; y que entre gente armada a un lugar así donde toda la gente que concurre somos trabajadores, es muy raro aunque como me tocó a mí, le podría haber tocado a cualquiera. Aunque yo considero que aquí hubo un trabajo previo de seguimiento, de mirar, de observar, y nadie queda al márgen para que le pase. Lo que reitero, me llama mucho la atención es que en un lugar municipal, donde hay tantas supuestas medidas de seguridad, y además te cobran una entrada que según dicen es para limpieza y seguridad, ocurran cosas como éstas. Lo mismo pasa con los puesteros que están en el lugar: le cobran 'la diaria' para limpieza y seguridad". Y agregaba: "esta gente, cuando te hace un seguimiento previo, saben perfectamente a quiénes siguen. No es el mismo caudal de dinero que vos podés llevar si vas a comprar con una camioneta que si lo vas a hacer con un camión. Todos saben el valor que tiene hoy por hoy la fruta y la verdura -que estimo ya se va a acomodar porque son cuestiones estacionales, pero para que se den una idea, hasta la semana pasada por un cajón de tomates nosotros pagábamos setenta mil pesos; la misma cifra para un cajón de pimiento; cincuenta mil pesos un cajón de choclo; cuarenta mil un cajón de berenjenas; cincuenta mil uno de zapallitos; entonces cuando te diste cuenta, comprás doscientos o trescientos cajones y tenés que hablar de pagar entre veinte y veintiún millones de pesos. En definitiva, esas cosas son las que miran estos tipos que se dedican a eso".

Consultado sobre qué actitud adoptó la Comisión Directiva del Mercado respecto de lo sucedido, Juan Carlos, tras reírse indicaba: "Me río para no llorar. El Mercado es como el banco -y a renglón seguido preguntaba- ¿ustedes saben por qué se llaman banco? porque no tienen respaldo. El Mercado es exactamente lo mismo. Te pasó y es problema tuyo, por más que sea un predio municipal y por más que dentro del Mercado exista una asociación con fines de lucro. De la gente del Mercado yo no recibí ninguna señal y no noté ningún cambio. Y es precisamente a lo que apunto después de lo que me pasó, tiene que haber un cambio estructural muy importante. Reitero, de acuerdo al tamaño de tu negocio, son las necesidades. Si vos vas con una camioneta a cargar y te roban el dinero que llevás para comprar te cortan las piernas y las manos lo mismo que a mí que voy con un camión. Por eso hablo de que tiene que haber cambios. Tenemos que tener más seguridad; tiene que haber un poco más de empatía para el comprador; y atención porque los puesteros están expuestos exactamente igual que nosotros que corremos riesgo cuando llegamos con todo ese dinero y ellos corren el mismo riesgo cuando se retiran con el dinero que nosotros les dejamos. En definitiva, hay que tener un poco o bastante más predisposición y lo 'podrido' debe restringirse y sacarlo, deben comenzar a solucionar todas estas cosas porque de lo contrario deberemos volver a la época del 'lejano oeste' saliendo a la calle con un revólver en la cintura".

Con la fiscal

De acuerdo a lo que pudo saber Diario CASTELLANOS, la fiscal es María Lucila Nuzzo, de la Oficina de Flagrancia de Santa Fe quien en la jornada del lunes recibió a Juan Carlos para ampliar la denuncia y para conocer seguramente algunos otros detalles. Al consultarlo sobre cómo fue ese encuentro, Juan Carlos señalaba: "No tiene ninguna novedad, cuando sepa algo les aviso, pero sé que no pasará nada, ésto quedará en el olvido, se hablará ahora y dentro de algunos días, pero pasa un mes y dejará de ser furor como es ahora sobre todo por el monto de lo robado. Pero más allá de todo lo que pasó, yo quiero agradecerle profundamente a las personas cercanas; a todos aquellos que me llamaron para darme palabras de aliento; y, sobre todo, a mis proveedores que me dijeron que tenía a mi disposición toda la mercadería que necesite a pagar en el momento que pueda y eso, de verdad, no tiene precio".


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